Elección y Reprobación en la Evangelización
Mateo 13:10-17 (LBLA)
Y acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas en parábolas? [11] Y respondiendo El, les dijo: Porque a vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido. [12] Porque a cualquiera que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia; pero a cualquiera que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. [13] Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. [14] Y en ellos se cumple la profecía de Isaías que dice: "Al oír oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis; [15] porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible y con dificultad oyen con sus oídos;y sus ojos han cerrado, no sea que vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan con el corazón, y se conviertan, y yo los sane." [16] Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen. [17] Porque en verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron.
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Por otra parte habían rechazado al Espíritu Santo y les era imposible entender los misterios espirituales del reino cielos; de ese modo se ve que Jesús usa el sistema de parábola como una forma de estrategia para cubrirse de las falsas acusaciones que buscaban contra él, un modo para encubrir la verdad, enseñarla y al mismo tiempo no permitiría que descifraran el contenido reformador que había en sus enseñanzas y poder predicar al aire libre sin ser detenido por ellos.
La razón esencial sobre esta prohibición de no explicarles la parábola a los fariseos es la misma que contienen las peticiones que hizo a muchos de los que sanó, para que no le descubriesen y de ese modo no tuviera que entrar encubiertamente a las ciudades a predicar. Así que, en primer lugar es por estrategia y en segundo lugar porque conocía bien la naturaleza e intenciones de aquellas personas que serían como echarles las perlas a los cerdos.
Y detrás de esas cosas se encuentra una razón última: el conocimiento de antemano que tiene del corazón de todos los hombres, y la doctrina de la reprobación, cuya razón para excluirlos se encuentra en sí mismo. No debían ser evangelistas que sólo pensaran en conversiones sino también en reprobaciones y glorificar a Dios tanto por lo uno como por lo otro. Lo principal para la iglesia no es que se extiendan las conversiones o que aumente en número, ni que su preocupación sea por la extensión del reino y el número de convertidos, o sea que el crecimiento ocupe el primer lugar en su corazón, sino más bien la gloria de Dios en sus enseñanzas; entonces la teología y la ortodoxia tienen que ser la piedra de toque de la evangelización o mejor dicho de los métodos de evangelización; la iglesia debe ocuparse principalmente en la enseñanza correcta de la Palabra, en trazar bien la palabra de verdad, y la Palabra por sí misma y en ella misma lleva fruto; la revelación de Dios es lo principal, el conocimiento de él en el mundo, sea que tenga resultado positivo o no tenga resultado positivo, sea el conocimiento de Cristo de olor de vida para vida o sea el conocimiento de Cristo de olor de muerte para muerte. Generalmente la predicación de la Palabra si no salva entonces endurece. Nuestra enseñanza al público es no sólo para salvar al mundo sino para cumplir los propósitos de Dios, para que él sea honrado lo mismo en su amor que en su ira, o en su justicia.
Los discípulos parecían desear que el Señor fuese más explícito, que revelase sus verdades a todos, pero el Señor rechazó esa oferta escondida, su evangelio tenía que alumbrar a unos y cegar a otros, salvar y perder, estremecer el corazón de unos y endurecer el de los otros. La iglesia que practica un evangelismo así difícilmente se llenará de inconversos, pero es necesario aclarar que aquí no les estaba revelando para ellos mismos un modo de hacer evangelismo sino el secreto de la cosecha del evangelismo, los efectos visibles que producirían sus enseñanzas en los corazones de la gente.
II. Jesús expresamente confirma la doctrina de la elección en su evangelismo (v. 11), a vosotros os es dado conocer... a ellos no".
Dios les dice sí a unos y no a otros, y reconoce la razón; es un secreto que se guarda en su corazón y que no nos ha revelado pero algún día conoceremos porqué ha reprobado algunos y ha elegido a otros, porqué no ha salvado la humanidad enteramente como enseñan los universalistas. Esta doctrina está casi excluida completamente del evangelismo moderno, y parece horrible y discriminatoria, pero no tenemos derecho a juzgar a Dios porque es el alfarero y hace vasos que son para su honra, y de la misma masa hace vasos que son para usos viles. Los predicadores actuales representan a un Dios sentado esperando que el pecador vaya a Cristo para perdonarlo en vez de un Dios que lo lleva; un Cristo que está esperando que el pecador lo elija a él en vez de elegirlos a ellos, un Cristo que muere por todo el mundo y luego no puede salvar a todos por los que murió en vez de un Cristo que muere por su iglesia; un Cristo que muere por personas más que por sus pecados. Cada predicador debe saber eso, que aunque él no sepa quiénes, alguno de sus oyentes están predestinados para conocer los misterios de la encarnación, de la fe, del arrepentimiento y de la gracia, del nuevo nacimiento, de la muerte de Cristo y que otros por mucho que quieran abrir sus mentes (aunque jamás lo desean) no lograrán entender con fe ni una sola cosa.
Esta doctrina no justifica la indolencia del evangelismo y el desinterés que tienen algunos por la condición espiritual de los perdidos; pero sí estamos seguros que es de beneficio espiritual para el evangelista y darle tranquilidad; esto suaviza su desesperación, si no es que la quita toda porque se escuda fuertemente detrás de ella contra los auto reproches de culpabilidad que el diablo le arroja para destruirlo; le coloca en una actitud espiritual de dependencia de la soberanía de la gracia, consecuente con la fe y con el programa bíblico para evangelizar al mundo. Jesús explicó a sus discípulos como la doctrina de la elección y de la reprobación lo tranquilizaba en su evangelismo.
III. Su aprecio por la soberanía de la gracia y la doctrina de llamamiento eficaz se aprecia en los versículos vv. 13-16.
Aún el propio Calvino dice que el endurecimiento que produce el evangelio en los reprobados es accidental (ver su comentario sobre 2Co 2:15; desde el vv.15-17 debiera ese comentario ser leído por todos los predicadores del evangelio), que el olor de vida sea olor de muerte para los que se pierden es como un accidente, un efecto del cual Dios no es responsable; es cierto que Dios no es responsable del pecado del hombre, y que el evangelio que se les predica debiera ser aceptado por ellos, y sin embargo es rechazado, pero hay un inexplicable misterio en las palabras del Señor que asegura que hablaba por parábolas para que no entendiesen (v.13). Ellos carecían de discernimiento espiritual para entenderlas pero él tampoco les ayudaba con la gracia de sus explicaciones.
Aunque puede admitirse estrechamente que el evangelio tiene un efecto accidental de endurecimiento (y la Escritura no teme decir que Dios al que quiere endurecer endurece, o que endureció a Faraón) no se puede negar que Jesús intencionalmente les priva el conocimiento de salvación. Mi esfuerzo evangelístico queda enteramente a la disposición del despliegue de su misericordia. ¿No debieras humildemente suplicarle ese conocimiento espiritual? La salvación es un acto de misericordia de Dios desde una punta hasta la otra. Ponte de rodillas y pide a Dios misericordia y perdón, que si lo haces de corazón, dudo que te la niegue, golpea tu pecho y di ten misericordia de mi pecador y hoy saldrás a tu casa como aquel antiguo publicano, justificado.
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