Hay gente mal agradecida así, que edita su historia
EXODO 16:3; Ecl.7:10
“Y los hijos de Israel les decían: Ojalá hubiéramos muerto a manos de Jehová
en la tierra de Egipto cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando
comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis traído a este desierto para matar
de hambre a toda esta multitud”.
Quizás en la vida vieja te iba económicamente
mejor, pero no espiritualmente mejor. No querían la libertad, ni les era tan
bueno el pasado como ahora querían presentarlo. Hay gente mal agradecida así, que edita su historia. Eran esclavos.
No acababan de entender eso, que un gobierno, aunque provea comida para la mesa
y ropa para el cuerpo si recorta las libertades individuales con las cuales
fuimos creados por Dios, es una tiranía. Y los hombres que no apetecen la
libertad porque sus tiranos los nutren y los visten como se pudiera hacer con
los animales, no merecen el calificativo de haber sido creados a imagen y
semejanza de Dios. La libertad financiera es posterior a la libertad política y
económica. Estas dos últimas son las primeras que hay que buscar, y la primera
con mucho trabajo y sudor acabará por llegar. No tienes tanta comida ni dinero,
pero no eres esclavo del pecado. Oh Señor, que yo no apetezca lo que he dejado
atrás; nuestras necesidades son temporales y pronto tendremos más de lo que
dejamos. Es mejor no tener nada con gracia que mucho sin misericordia. Parece
que había voceros que hablaban en nombre de los otros. Hay gente mal agradecida
así, que prefieren tener el vientre lleno, y se hacen una ilusión de promesas
de nutrición incumplida, aunque los tornen mudos y lleven en los pies
grilletes.
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