El escepticismo y la incredulidad no serán absolutamente triunfadores
SALMO 102:18
“Esto se escribirá para las
generaciones futuras, para que un pueblo aún por crear alabe al Señor”.
¿Has
leído eso? ¡Qué extraordinario! Esto habla principalmente de las Sagradas Escrituras que son apropiadas para el presente y para
el futuro, para todas las edades, porque se adaptan maravillosamente a los
hombres y mujeres de todas las épocas, pueblos y naciones (Apc. 7:9; 10:11);
ellas son el testimonio escrito que
Dios ha dejado para que “todo aquel en él cree no se pierda más tenga vida
eterna”. Ha sido una necesidad que
aparezca en forma escrita, que es muy superior a la tradición oral, y un
complemento indispensable a la revelación natural en la creación.
Ha sido escrita como un complemento
al testimonio y ministerio de gente muy humilde y sencilla “de los cuales el
mundo no era digno” (He.11:38), porque en sus vidas eran “de apariencia débil y
palabra menospreciable” (2 Co.10:10), y el mundo buscaba poder que ellos no
tenían, belleza, riqueza, cultura, y nunca los hubieran oído ni dignado
prestarle ni un minuto de atención; hombres de muy poca influencia y notoriedad
y que en sus tiempos no hicieron ningún impacto en las multitudes, no eran
famosos, pero Dios quiso que el testimonio de esos pastores, agricultores,
fuera escrito, leído, examinado, estudiado, criticado por hombres de más
talento, poder y eminencia que ellos, y creyeran.
Y al estar escrita permite que se difumine,
que se traduzca en otros idiomas y que la abundancia de esas copias certifique
la veracidad de lo que se cuenta.
Mira, cómo Dios piensa que en cada
generación haya elegidos que escuchen su palabra y la crean, por lo tanto, el
escepticismo y la incredulidad no serán absolutamente
triunfadores. Tendrán muchos seguidores, pero no abarcará el orbe total; en las
generaciones peores, las más malignas y perversas habrá un remanente escogido
por gracia que será salvo; entonces las Sagradas Escrituras continuarán
imprimiéndose y leyéndose en las edades futuras, hasta el fin del mundo.
Resistirá heroicamente todos los ataques de todos los tiempos y las nuevas
invenciones de males y mentiras contra ella (Ro.1:30). No pasará de moda. Se
puede deducir que la creación de nuevas generaciones ocurre por la voluntad de
Dios, no para que pequen contra él sino para que crean, porque Dios está y
continuará creando su iglesia. Cada ser humano ya hecho y los que nacerán en el
futuro son creaciones de Dios.
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