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Mostrando entradas de septiembre, 2016

Cuando una señora sale embarazada

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--> Salmo 139:13-16 “Mi embrión vieron tus ojos”.  David no ha escrito de modo abstracto sobre esas doctrinas anteriores, ni de modo impersonal, sino pensando en su misma creación al venir al mundo. Afirma que como el hacedor de una obra la conoce completamente, así el Creador conoce íntimamente a todas sus criaturas, sabe de ellas antes que les pongan nombres. Habrás oído el debate de los que defienden el aborto, que alegan que si éramos o no seres humanos cuando fuimos embrión, si ya podíamos ser considerados niños o niñas en esa prematura etapa. No se trata de fijar en cuál semana ya estamos formados, en cuál reunimos la cantidad de órganos necesaria para que los que están afuera del vientre nos dejen continuar creciendo o autoricen nuestra eliminación. No, Dios nos está creando y por lo tanto debemos dejar que él continúe su proceso de creación sin impedírselo; si él quiere dejar a un lado lo que ya empezó, que lo haga por su voluntad. Existen muy pocas...

No hagas una réplica del Espíritu Santo

Éxodo 30.22-31 “Habló más Jehová a Moisés, diciendo: Tomarás especias finas: de mirra excelente quinientos siclos, y de canela aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta, de cálamo aromático doscientos cincuenta, de casia quinientos, según el siclo del santuario, y de aceite de olivas un hin. Y harás de ello el aceite de la santa unción; superior ungüento, según el arte del perfumador, será el aceite de la unción santa. Con él ungirás el tabernáculo de reunión, el arca del testimonio, la mesa con todos sus utensilios, el candelero con todos sus utensilios, el altar del incienso, el altar del holocausto con todos sus utensilios, y la fuente y su base. Así los consagrarás, y serán cosas santísimas; todo lo que tocare en ellos, será santificado. Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes. Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Este será mi aceite de la santa unción por vuestras generaciones”. Esto como yo...

Las enseñanzas de Jesús mejorarían a los ciudadanos y la economía

Mateo 8.34 "Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de sus contornos".  Estaban tan oscurecidos que cuando una pequeña luz les resplandeció ante los ojos, quisieron que se apagara, escogieron seguir viviendo en la noche, siendo inmundos, con los diablos, búhos, murciélagos y muchos cerdos; pero vieron que la luz como el rayo, alumbra y mata. Con el primer indicio del evangelio, de Jesús, del Espíritu Santo, de la iglesia, del cielo, cierran las puertas como si viniera una fatalidad. Dijeron: "Así estamos bien, nos acostumbramos, no nos hace falta nada mejor”. Le dijeron a Jesús, "por favor vete de nuestras fronteras, de nuestros contornos, no queremos la influencia tuya; haces bien pero nos perjudicas, la transformación de las personas perjudica nuestro negocio". Y Jesús se marchó. No volvió más. (Hch.19:23-27). Y la población volvió a ser como antes, siguió en su rutina, los ladr...

La incredulidad nos levanta más temprano

Mateo 8:24,25 "Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!".   Si vemos a Jesús tranquilo ¿por qué nos ponemos nerviosos? ¿No dormía así Pedro en su celda la noche antes de su posible ejecución?  (Hch.12:5-7). ¿No dice que él da a sus amados el sueño? (Sal.127:2). La incredulidad nos despierta más temprano cuando todo el cuerpo lo necesita. Las preocupaciones nos dan los buenos días antes que la luz del sol. Ya nos vemos sin remedio en el fondo del mar. Fallamos en nuestra imitación de Cristo. Si nos parece que el Señor no le da importancia a nuestra situación es que no la tiene, estando él ahí. Nuestros miedos la exageran, fertilizan nuestra imaginación, la complican, la llenan de fantasmas, nos matan estos temores antes de morir. Ninguna cosa quiero ahora tanto, cuando mi suelo se mueve, como v...

Si no estás confiando en la providencia, no estás viviendo por fe

MATEO 6:24-34 "Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas? ¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida? Y por la ropa, ¿por qué os preocupáis? Observad cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan; pero os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos. Y si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe? Por tanto, no os preocupéis, dici...

El matrimonio no funciona automáticamente hay que hacerlo funcionar

Mateo 5:31-32 “ También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio ”. Habiéndose callado su voz el Maestro acerca del adulterio, habiéndolo enfocado como un mal de origen espiritual, pasa a tratar el mismo problema que ellos enfrentaban con el divorcio. En primer lugar veamos el enfoque judío del matrimonio.   Los judíos también erraban al enfocar el matrimonio como una unión civil, es decir como algo meramente social, de la misma naturaleza que un convenio comercial o un tratado recíproco de cooperación. Concebido de ese modo, sin sentido espiritual, se derivaban varios males entre los cuales la posibilidad inmediata era frecuente (la de divorcio). Se parapetaban detrás de la concesión hecha por Moisés en Deu.24:14; que fue dada por Dios más bien para proteger a la mujer que para...