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Mostrando entradas de mayo, 2010

El cuentagotas es tacañería

Mateo 26: 8 "¿Para qué este desperdicio?". No pienses que desperdicias tu vida y que lo que das a Jesús es un desperdicio. Ni valores lo que haces por lo que consideras un éxito o porque puedes demostrarte tu utilidad. Puedes sentirte inútil y en realidad no serlo. Éxito no es lo mucho o lo poco que has hecho sino lo fiel que has sido. Si el éxito cristiano es algo recibido del Señor y no admite gloriarse, tampoco deprimirse si es poco. El genuino éxito es la gloria del Señor. Cualquiera que sea la vocación secular, si se hace como para el Señor, no es un desperdicio aunque sea pobremente remunerada o la reciban malagradecidos. Tomar el precio de una vida y darla a los pobres es bastante pero no tanto como darla a Jesús. Si en el caso cabe tal distinción porque el amor a Cristo en los pobres se sublima. No te meta el diablo en la cabeza que si envejeciste sirviendo a Jesús has desperdiciado tus días. Eso te lo susurra Judas en el oído. Si fuera Pablo te habría

¡Una mala exégesis, sí que es una plaga!

Mateo 26:60-61 (LBLA) “No lo hallaron a pesar de que se presentaron muchos falsos testigos. Pero más tarde se presentaron dos, [61] que dijeron: Este declaró: " Yo puedo destruir el templo de Dios y en tres días reedificarlo." Otro aspecto de la humillación de Jesús fueron los falsos testigos. Ellos no habían buscado un traidor, pero falsos testigos sí. ¿Quiénes eran? No eran inventores, ésos no servirían para poder hacerle daño al Señor. Los falsos testigos tenían que haberle oído predicar, eran los que tergiversaran sus palabras, que las citaran tal como él las dijo (con exactitud) pero que las interpretarán mal, que les dieran un significado que no hubo en su mente. Y eso son los mejores falsos testigos. Compara el v. 61 con lo que sucedió. “Jesús respondió y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. [20] Entonces los judíos dijeron: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú lo levantarás en tres días? [21] Pe

¿Cuántos ángeles quieres? ¿Uno o 72,000?

Mateo 26: 53 “¿O piensas que no puedo rogar a mi Padre, y El pondría a mi disposición ahora mismo más de doce legiones de ángeles?”. ¿Cómo se pueden explicar estas palabras con la oración en los vv. 42-44? Eso indica que Jesús no perdió su confianza en la oración por el hecho que el Padre le negara lo que le había pedido. Si algo no es posible no hay que descorazonarse y perder la fe y la confianza en la oración propia. Ni en la de aquellos que nos acompañan. Aunque sea un silencio por no. Si Dios le envió un ángel para fortalecerle (Luc. 22: 43) podría enviarle 72000 ángeles si la legión la formaban 6000. Algunas veces 4200 ó 5000. Lo que quiere decir es una invencible ayuda . Tal vez los discípulos vieron al ángel que le visitó o lo supieron después, y usando una especulación, quizás pensaron que ahora un solo ángel no sería suficiente contra todos aquellos y haría falta más ayuda celestial, como si la más pequeña fuerza de Dios no pudiera más que todos juntos, y sólo

Muy parecidas, señoritas, pero ustedes no

Mateo 25: 11 “Señor ábrenos”. Si el grito de alarma de estas señoritas, “nuestras lámparas se apagan” fue triste oírlo, más todavía cuando se sienten recuperadas y piden admisión en el cielo, aunque en realidad no lo están, y Cristo no les abre porque llegaron tarde. Se sentían recuperadas, como si hubieran recibido la fe que les faltaba, la gracia que se les extinguía, pero no era así. El Señor abrió la puerta, las miró de arriba abajo y no las reconoció. Aquí se enseña un poco más que llegar tarde y no estar a punto cuando el Señor vino. Yo no sé que el Señor les vio pero dijo que eran irreconocibles como cristianas. Para mí la luz era la misma y el aceite el mismo pero algo ante los ojos del Señor las delató como una falsificación y él sólo es capaz de distinguir entre lo verdadero y lo espurio. O dicho de otro modo, aquellas señoritas eran una pretensión y una ficción, no real o sea otras con todas las apariencias evangélicas que uno podría notar o pedir: ac

¡Hablé como Pedro, no como Pablo! ¡Ups!

Mateo 24: 4 ,5 “Mirad que nadie os engañe”. En lo tocante a la segunda venida de Cristo, no se deje engañar. Los evangelios ignoran el tiempo de la segunda venida de Jesús. Por lo tanto: nadie la sabe. No se los dijo porque no lo sabía (Mr. 13: 32), conocía que la ruina estaba próxima pero el día, hora y año dependía de la voluntad de Dios y dentro de ella muchas circunstancias. De la historia (vv. 7-13) y de la evangelización y persecución de la iglesia (v. 14). Tendrán que venir guerras, no se sabe cuántas ni su duración, terremotos, no se sabe dónde ni cuántos, y los daños que dejarán; es decir tienen que pasar muchas cosas, y además de la historia y la evangelización del mundo queda algo más, la santidad de la iglesia porque Dios no quiere que ninguno de sus escogidos perezca sino que se arrepienta (2 Pe. 3: 9). Eso es lo último que está en orden y tal vez ha llegado la hora cuando la iglesia incluya entre sus prioridades, misionara, evangelítica, humanitaria, su prop